Hoy abordaremos un tema muy relevante para el futuro de nuestro planeta y nuestros negocios. En el post de hoy te presentamos como reducir el impacto ambiental de tu flota de servicios.

Los viajes en auto, en una ciudad contribuyen al 50% del total de la contaminación ambiental. Sin embargo al parecer aún existen muchos líderes de flotas que anteponen sus razonamientos egoístas y a raíz de una mala administración de su negocio deben recurrir a malas prácticas ambientales para equilibrar su billetera.

Malas prácticas profesionales y malas decisiones

Una de las situaciones o prácticas más comunes a las que se enfrentan día a día los líderes de flota son las decisiones sobre compras, y lamentablemente ocurre también con mucha frecuencia que ya sea por su bajo conocimiento o una mala asesoría, toman malas decisiones.

Es muy frecuente encontrarse con flotas de servicios netamente urbanas basadas en vehículos diesel y que debieron ser adquiridas como bencineras, estos vehículos son adquiridos con la esperanza de reducir costos en traslados, pero realmente no se corresponden con su naturaleza y las destinaciones que dichos vehículos reciben. ¿Porqué?.

Un vehículo Diesel de trabajo ha sido concebido para desplazamientos extensos y altas velocidades o con alta carga. Totalmente lo opuesto que sufren los Diesel de trabajo en la ciudad. Una tan mala decisión que desencadenará una serie de sucesos y consecuencias que terminan perjudicando incluso al medio ambiente.

DPF Off, EGR Off, Moral y Ética Off en las flotas de servicio

Tal como llevamos caracterizándonos en nuestro blog, nuestras explicaciones son en tono simple y comprensible tanto para un gerente de flota como para un mecánico experto, por lo que lo que ahora detallaremos será con peras y manzanas.

El caso es el siguiente; un líder de flota compra docenas de vehículos diesel para su negocio y al cabo de unos meses se percata que algo no va bien, los problemas mecánicos comienzan a aquejar sus flamantes nuevas adquisiciones y se percata de que ha cometido un error: su flota no es una flota urbana y el único modo de que dejen de fallar será alterando las medidas de protección medio ambientales que fueron diseñadas de modo específico para sus unidades. Ésta solución es más frecuente de lo que imaginan en las flotas de servicios mal administradas y se denomina DPF Off / EGR Off (por los nombres de las piezas que desactivan para “solucionar las restricciones y configuraciones que dañan al vehículo cuando se usa en ciudad”).

Pero el problema claramente no son los nuevos vehículos que nuestro improvisado amig@ compró, ni tampoco es que ahora sus vehículos salgan a la calle contaminando con cancerígenos y detonantes de asma. No. El problema es mayor y viene unos pasos antes de éste hecho; el problema es un bajo conocimiento del negocio y una moral Off, al igual que las piezas que acaban de capar para poder seguir adelante en su día a día.

Estamos conscientes que esto no ocurre en todas las flotas. Especialmente las empresas serias y que prestan servicio a áreas como la minería son fiscalizadas externas e internamente y jamás podrían pasar dichos controles y ser autorizados para ejercer los servicios, sin embargo se sorprenderían de la cantidad de flotillas de turismo y de reparto que practican tan malas medidas.

Consejos para reducir la contaminación de tu flota

  1. Tu próxima inversión, que sea en energías ecológicas: en exactamente una generación, las energías ecológicas serán totalmente viables para las empresas de reparto urbanas en urbes como Santiago. Evalúa si se ajusta tu bolsillo, y si así lo es, el medio ambiente y tus compradores lo agradecerán.

  2. Mantenimiento preventivo: cambios de aceite a tiempo, neumáticos en la presión correcta, sistema de inyección limpio. Eso y mucho más hará la diferencia en tu facturación a fin de mes de modo positivo pues no tendrás sorpresas mecánicas y cada gasto será planificado.

  3. Planifica y controla con un buen software los siguientes items:

  • El consumo de combustible;

  • El exceso de velocidad o las frenadas bruscas;

  • Los kilómetros recorridos por día, semana o año;

  • Las alertas sobre el mantenimiento y las revisiones necesarias;

  • La optimización de las rutas y la conducta en la conducción para ahorrar combustible.

La anterior lista son los consejos más simples que alguien podría darte, pero recuerda que el diablo está en los detalles.


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